16/07/15

El "berretín" de las cosas idas... Distancia, que cantidad de recuerdos

 

En esta nueva entrega de nuestra columna, volcaremos el contenido de una carta inédita que don Italo Mario Nannini le escribiese a Francisco (Pancho) Pastinante

 

 

En esta nueva entrega de nuestra columna, volcaremos el contenido de una carta inédita que don Italo Mario Nannini le escribiese a Francisco (Pancho) Pastinante desde Mendoza, y en la cual aquél Arroyense de origen, logra como un incansable buscador de recuerdos, y un ejemplo de alguien que supo volver sobre sus propios pasos sin borrar las huellas que había dejado; reencontrarse con una entrañable etapa de su Vida.


¡ DISTANCIA... QUE CANTIDAD DE 

RECUERDOS..! 

(primera parte)


Estimado amigo:

Su libro "Pinceladas de Recuerdos", no lo leí. Lo devoré. Encontré allí recuerdos, que también son míos, de mis primeros doce años de vida y cosas desconocidas propias de quien ha vivido y observado a quienes lo rodean, durante tantos años.

Personajes como "Mofa y la Colombina", pasaban, regular o espaciadamente por casa. A ella la ví pocas veces, pero su descripción coincide con la impresión que yo tenía de ella. A Mofa, una noche muy fría se le regaló un sobretodo azul, de papá, en buen estado de uso. Nunca se lo puso. Cuando mamá le preguntaba por él, contestaba con unos arpegios musicales arrancados
de su mandolina.

Tocaba, de tanto en tanto, en la puerta de casa alguna melodía. Su figura, digna, quedó siempre en mi retina y mi mujer y mis hijos, también conocen a Mofa, imagen que ahora van a recrear mucho mejor, en su magnífica descripción.

Y el Cine de Seteccase..! Cuántos matinés pasados. La última película que ví allí fue "Volando a Rio", con Fred Astaire. Hace algunos años atrás la vi de nuevo en TV. Me pareció tierna e inocente.

También en ese Cine actué en una representación, para recaudar fondos para la Cooperadora de la Escuela Adolfo Alsina, nuestra Escuela. Todo se anunciaba en el Arroyo Seco de aquella época con bombas de estruendo, el comienzo de las funciones de Cine, los partidos de fútbol, los bailes, las kermeses y hasta las procesiones.

La Estación del ferrocarril, el ombú, sí que me acuerdo. Llegar los días de lluvia a la estación, era toda una odisea, sobre todo para las mujeres. La calle San Martín se convertía en un lodazal, hasta que hicieron un camino de ladrillos que partía desde la Tienda de Bulleraich, hasta el molinete por donde se ingresaba al predio del ferrocarril; una vez allí no había problemas, el suelo estaba tapizado de carbonilla de carbón de piedra con que se alimentaban las calderas de las locomotoras a vapor.

Para ir a Rosario se salía a las 8,05 y se volvía a las 17,30. En el tren de las 12,05 en punto, llegaban las Maestras de nuestras escuelas, la mayoría vivía en esa época en Rosario.

En el de los días Miércoles llegaban las revistas "El Gorrión", y el "Tibit S", los domingos "El Tony". Y no puedo dejar de mencionar al "Billiken".

A las 8,45 haciendo tronar el espacio y con su silbato a pleno pasaba "El Rápido" con destino a Buenos Aires, con una máquina enorme. Eran "Las Caproni", negras y relucientes, echando humo negro por su chimenea y blanco vapor por los costados, a la altura de sus ruedas.

Algún auto y también sulky, pagaron caro la osadía de querer pasar "antes", haciendo verdad ese adagio de que "quien acelera su vida, también acelera su fin".

Una casa que, por vecina y pintoresca, la guardo en mis recuerdos era la de los Scalessi, (L. de la Torre al 200) . En el frente había un tapial ornamental con una puerta de hierro, luego un pasillo estrecho que abarcaba todo el frente y detrás, la casa de dos plantas, totalmente de madera forrada en chapas de zinc, igual que las del Barrio "La Boca" de Buenos Aires, más precisamente en la calle "Caminito", pero que a mí el "tiempo no me lo ha borrado". Lo único de material que había en esa casa era la cocina, separada por un patio de ladrillos criollos, llenos de plantas. Eran gente muy buena y qué ricos panes de chicharrones que hacían...

También recuerdo al Arroyo Seco costero, con su hermoso Paraná y eso porque con asiduidad, con mis padres o con mi abuelo, íbamos al Rowing Club.

Los días domingos, con regularidad, a las 16.30 hs. pasaba rumbo a Rosario y Asunción del Paraguay, el vapor el "Tritón" de la Compañía Mihanovich. Era un viejo barco propulsado por ruedas ubicadas a babor y a estribor. A veces, cuando las crecientes, variaba el canal y pasaba más cerca de la costa y alcanzaban a verse en sus cubiertas los pasajeros que contestaban nuestros saludos desde la orilla.

Un día, la noticia inesperada, la niebla le hizo perder el rumbo al Tritón y encalló frente a Arroyo Seco. Papá nos llevó a verlo. Un Oficial del barco, con un bote nos acercó a esa enorme mole y pudimos acceder a la nave. Un mundo maravilloso para un niño de seis años. 

Son muchos más los recuerdos de mi infancia en Arroyo Seco, y quisiera rememorar un acontecimiento en el Rowing Club. Fue la llegada; del Navegante Solitario VITO DUMAS, con su barco a vela, el "LEGH II". Yo era muy pequeño. Hubo un asado memorable en el Rowing, en su honor. Habíamos ido con Papá, Mamá, y algunas tías. Cuando Vito Dumas bailó con mis tías, no me gustó y celoso, pensé íntimamente que podía "robármelas."


¡Cuántos recuerdos agolpados en mi memoria, pidiéndoles permiso a mi corazón para hacerlo latir más fuerte..!


 


Italo Simón Nannini


Italo Mario Nannini, autor de esta carta, fue hijo de Italo Simón Nannini; y a su vez nieto de don Julio Nannini, un prestigioso comerciante de Ramos Generales en la esquina de Belgrano y 9 de Julio. Casi la totalidad del inmueble, a partir de 1946 pasó a ser propiedad de Athletic. También comprendía sobre Belgrano y lindero al Club, dos inmuebles que hoy ocupan un local comercial y una casa de familia.

Es nuestro propósito evocar brevemente quién fue don Italo Simón Nannini, un hombre relacionado con el deporte, la política, y la cultura de nuestro pueblo. Fue fundador del Club Atlético Estudiantes, a la vez jugador del equipo y presidente de la entidad. Fusionado luego con el Club A. Alem, que presidía don Hilario Gómez, da origen al nacimiento del Club A. Unión.

Italo Simón Nannini, se había doctorado en Ciencias Económicas. Su pasión política lo llevó a postularse como Diputado Provincial, logrando ser electo en dos oportunidades. Para el período 1922-1926 y para el período 1932-1936.

Entre sus proyectos culturales, se debe destacar la aprobación de la creación de la Escuela Nº 247 del Monte, que abrió sus puertas el 24 de Marzo de 1923, en Humberto 1º e Infante. Años más tarde se trasladó a Humberto 1º 948- (hoy canal 2), y actualmente en la Plaza San Martín. En el segundo período de su función logró la inauguración de una nueva entidad educacional; el entonces Liceo Industrial de Señoritas de Artes y Oficios, que funcionó hasta hace unos años en H. Irigoyen (entre San Martín y 1º de Mayo). Su primera Directora fue la Sra. Josefa de Montelar.

En Arroyo Seco , en su homenaje, una calle lleva el nombre de Italo Nannini.


Material consultado: Material de archivo. Revista Bodas de Oro del Rowing Club. 

Agradecemos a: Rita Pastinante y Lito Cianci.


* Este material fue publicado originalmente en TEMAS & NEGOCIOS.


 

 

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